El chavismo es la única fuerza social y simbólica que existe en el país



Prensa Mppdpsgg (Ingrid Carvajal/02-06-2017).- El presidente de la encuestadora Hinterlaces, Oscar Schemel, recientemente realizó un estudio cualitativo y dos cuantitativos, cada 30 días, para conocer realidades simbólicas, cuyos estudios se centran en la investigación sobre la subjetividad y lo cultural, como bases de decisiones políticas. La muestra representativa del universo total del país, considera, además, de las principales ciudades, las comunidades y localidades más importantes del territorio nacional, de la cual se desprenden resultados significativos, entre ellos: «El chavismo es la única fuerza social y simbólica que existe en el país», aunque destacó: «sin desconocer descontentos asociados a los problemas de orden económico: el desabastecimiento de alimentos; la inseguridad y la inflación».

Durante una entrevista realizada por el periodista Jorge Amorín, en el programa "Con Amorín", en VTV, Schemel reveló: «La gente no rechaza el modelo, no está en contra del modelo de inclusión social, la gente lo que quiere es que el modelo funcione», y explicó: «Cuando hacemos investigaciones acerca del respaldo hacia lo que podemos llamar el legado del Comandante Chávez, los niveles de aprobación, de aceptación, de respaldo llegan a 3 de cada 4 venezolanos, un poco más del 70 por ciento».

Según los datos se desprende que el país durante los últimos 18 años se reconfiguró política, simbólica y socialmente. «El país es chavista, aun cuando no sea una fuerza electoral mayoritaria. Hoy la fuerza mayoritaria tampoco es la oposición, es el descontento», precisó al señalar: «La oposición se beneficia de los desaciertos, de los errores en el desempeño económico del Gobierno Bolivariano. La gente no vota por la oposición, vota por castigar, para mostrar su desacuerdo con un desempeño económico determinado», precisó.

Considera Schémel que la oposición no termina de convertirse en una alternativa, y mucho menos en una fuerza simbólica y social, porque no tiene presencia en la calle, ni capacidad de convocatoria por sí misma. «Carece de discurso, de mensajes, de códigos propios, ha sido muy débil en la disputa por la subjetividad, por las conciencias. Lo contrario ocurre con el chavismo. El chavismo es hoy la única y más significativa fuerza social, política y simbólica del país, por eso su capacidad de recuperación es tan importante».

El análisis de los estudios indica que alrededor de 37 por ciento de los venezolanos se autodefine como chavista, mientras que 21 por ciento se define como opositor. Aunque, reconoce, que hay sectores en el centro político que se identifican mucho más con la propuesta de inclusión, la propuesta de la Revolución Bolivariana: inclusión social, la justicia, la igualdad, y en el plano económico, una sociedad con Estado y con mercado, un modelo donde existan distintas formas de propiedad: propiedad estatal, propiedad privada y propiedad social o comunal».

Oposición mantiene la estrategia de una ruta insurreccional

El sociólogo destaca en las conclusiones de su último estudio: «La oposición abandonó, desde el inicio de la Revolucion Bolivariana, la ruta electoral, y evidencias hay a montones a lo largo de los últimos 16 años: golpes de estado, golpes petroleros, paros generales, insurgencias, guarimbas, violencias, desacato, desconocimiento de resultados electorales cuando se beneficia al chavismo. Esa ruta electoral fue abandona por la oposición, incluso cuando ha ganado en dos oportunidades, siguen manteniendo la ruta insurreccional, asumen una estrategia insurreccional».

Explicó que a los factores de oposición no les interesa un modelo, una situación donde exista una cohabitación, convivencia, alternancia, conciliación. «El objetivo de la oposición y de quienes la dirigen aquí y fuera del país, es caotizar al país, generar un clima para el aniquilamiento del chavismo». Impedir la continuación del chavismo como cultura política, como comunidad emocional, como identidad de clases, es el objetivo de la oposición y para ello requiere aplastarle, aniquilarla, exterminarla. «Por eso apela a estas guerras no convencionales, guerras simbólicas, de cuarta generación que impulsan el caos, la neurosis, la ingobernabildad, y a la destrucción del Estado o Nación», destacó.

Mayoría de los venezolanos rechaza la violencia y apuesta a la paz

Schémel afirmó que el pueblo venezolano, como siempre, está apostando a la paz y la estabilidad, a la convivencia y destacó: «Hoy mismo la mayoría de los venezolanos, alrededor de 2 de cada 3, consideran más conveniente para el país que el Presidente culmine su mandato, y que se realicen elecciones regionales y municipales cuando sean convocadas. Es decir, la mayoría de los venezolanos rechaza la violencia, los atajos, rechaza las salidas no electorales inconstitucionales o violentas; la mayoría de los venezolanos está apostando a la paz y a la estabilidad, a la convivencia; la mayoría de los venezolanos está apostando a la paz y a la estabilidad».

Reveló que, cómo la oposición finalmente no se ha convertido en una alternativa, más del 70 por ciento de los venezolanos considera más importante el diálogo entre el Gobierno Bolivariano y el sector privado, los empresarios, los sectores productivos, que el diálogo con la oposición.

Dificultad histórica de conectarse con los sectores populares

Durante el programa "Con Amorín", Oscar Schémel, explicó que la oposición desprecia la condición popular, debido a que por su propia condición de clase le es difícil conectarse con las aspiraciones y expectativas de las mayorías populares, «además, para eso requeriría de un repertorio de narrativas, símbolos, códigos novedosos que le discuten al chavismo la subjetividad y la conciencia de las mayorías. La oposición tiene esa dificultad histórica de conectarse con los sectores populares, es un fenómeno más de clase media, se ha concentrado en las urbanizaciones de clase media y alta, moviliza y convoca fundamentalmente a esos sectores; tiene dificultad para convocar y movilizar a los sectores populares».

Estuvo de acuerdo, el también periodista, en señalar que es un fenómeno histérico que parte del descontento y sobre todo del desprecio de clases, cuyo mejor ejemplo son los linchamientos, las agresiones, que muestran el profundo desprecio de clase por los sectores populares, y es allí donde se centra la polarización del país, entre las mayorías populares y los sectores elitescos que desprecian, subestiman, descalifican la condición popular, y aún más la condición chavista.

El análisis de los indicadores de la agencia especializada en servicios de investigación de opinión pública y análisis situacional, Hinterlaces, revelan que el Presidente Nicolás Maduro aparece como la persona que realmente puede resolver los problemas, no la oposición. «La oposición debería contribuir a ayudar al Presidente Maduro a resolver los problemas económicos, en lugar de transitar por la ruta insurreccional», señaló al tiempo que coincidió en señalar que, los operadores locales no deciden en materia política, puesto que la misma se decida afuera a través del uso de laboratorios de desestabilización: social, emocional, caotica y neurotizada. «Estas son guerras programadas, planificadas que no necesitan de mayoría, de líderes ni mensajes, ni propuestas, no importa el día después, lo que importa es acentuar la sensación de vulnerabilidad, de indefensión, de neurosis, de angustia, de ingobernabildad, de desorden que finalmente permita respaldar o aceptar una intervención», detalló.

17 por ciento del universo encuestado, en el último Monitor País realizado por Hinterlaces, manifiesta estar de acuerdo con una intervención, pese a que 79 por ciento tiene un rechazo total a la intervención extranjera. Se desprende del estudio que la mayoría apuesta al diálogo, y existe un reducido sector del país neurotizado, histérico, atormentado que no tolera la cercanía de la pobreza, porque su aspiración es parecerse a los que más tienen, a los privilegiados.

El discurso del Comandante Chávez configura una nueva realidad política

«La configuración cultural política del venezolano ha sido muy influenciada por el discurso pedagógico, incesante del comandante Chávez, que configura una nueva realidad política, una nueva subjetividad política, una nueva conciencia política», explicó Schémel al indicar que el péndulo político se mueve hacia el centro del chavismo, centro político que respalda las banderas fundamentales de la Revolución Bolivariana de justicia, igualdad, soberanía, inclusión, protagonismo de los sectores populares, aunque también la idea de eficiencia, progreso, bienestar, desarrollo, que hoy se requieren como consecuencia de la crisis económica.

La base social de apoyo de los adversarios radicales, no supera el tercio del país y, los números revelan que 64 por ciento opina que más allá de una salida del Presidente constitucional, es más importante el día después, puesto que la gente demanda certezas y pide que se respeten los lapsos de gobierno. «Quieren evitar los problemas, por eso alrededor del 80 por ciento de los venezolanos rechaza la guarimba, la protesta violenta. Por eso en los últimos tres meses ha caído el respaldo electoral, social hacia las fuerzas de la oposición».

En su más reciente análisis situacional Schémel señala: «Una de las cosas que tiene que entender la oposición es reconocer al chavismo, han pasado 20 años ignorando, subestimando lo que significa el chavismo como cambio social, cultural y político en el país, como bandera de emancipación social que se mantiene todavía hoy. Y se va a mantener durante mucho tiempo. La oposición tiene que entender que difícilmente podrá aplastar al chavismo.

Guerra de cuarta generación tiene un arsenal de herramientas para destruir

A juicio del presidente de Hinterlaces, la guerra d cuarta generación tiene como campo de batalla la mente, el corazón de la gente: «Se trata de generar situaciones, circunstancias, eventos, no importa si son reales o no, no importa si son verdades o posverdades, lo importante es que generen una acumulación de angustia, que encadenen un conjunto de hechos que impliquen un desbordamiento social, es decir, llegar a ciertos niveles o traspasar el umbral de la angustia tolerada, a una angustia neurótica que obligue a la gente intentar deshacerse de aquello que le ocasiona angustia. No importan líderes, mensajes, propuestas, no importa el día después, se genera una sensación neurótica que obliga a la gente a deshacerse, abandonar, repeler aquello que percibe es el causante de la neurosis».

Explicó que existe una primera etapa de protestas callejeras, de descrédito, después se pasa a otra etapa donde la movilización de la calle se convierte en insurgencia armada, sabotaje, asesinatos, incendios, linchamientos, focos de violencia, creación de cabezas de playa, bloqueos de ruta para el transporte de alimentos, acentuando el malestar. Ese tipo de estrategia consolida en la opinión pública nacional e internacional, la percepción de que en Venezuela se ha instalado una dictadura, de allí que, se observe también las sanciones a funcionarios, las sanciones económicas, el estrangulamiento económico, el cierre de las vías de financiamiento externo.

«Es un arsenal de mecanismos, de herramientas, que tiene como objetivo la destrucción del adversario. Allí operan con mucha eficacia las redes sociales, que son mecanismos de construcción de realidades colectivas que no necesariamente son verdad, se trata de montar imágenes, realidades que contribuyan a este proceso de caotización y neurotización de la sociedad venezolana. Es muy difícil escapar de las redes, de ese entramado de mensajes y contenidos que circulan masivamente a través de los celulares. Incluso ya no necesitas tener Blackberry, pin, el whatsapp ya te ayuda a recibir imágenes, noticias, comunicados, contenidos de diferentes tipos, entonces se masifica de alguna manera el uso de las redes sociales», puntualizó.

Foto: Heidy Vielma

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