9DICIEMBRE1824 | El general Antonio José de Sucre triunfa en la Batalla de Ayacucho


Batalla de Ayacucho, 1890. Óleo sobre tela, iniciada por Martín Tovar y Tovar, y culminada por Antonio Herrera Toro. Colección del Palacio Federal Legislativo.
Una pléyade de brillantes comandantes derrotaron al último ejército español

Prensa MPP- Despacho (Ricardo Antequera / 9.12.22).-El 9 de diciembre de 1824 las armas del Ejército Libertador triunfan en la Batalla de Ayacucho, bajo la conducción estratégica del general de división Antonio José de Sucre, al frente de una pléyade de brillantes comandantes, entre los que se inmortalizó el general José María Córdova, derrotaron al último ejército español en pie de fuerza que quedaba en el sur del continente. Tras la victoria en la Batalla de Junín en junio de 1824, Bolívar cede el comando del Ejército Libertador al general Sucre, para que continuara la campaña y las operaciones contra el enemigo.

Durante la Campaña de Ayacucho, el general Sucre divisó las posiciones enemigas durante la marcha de su ejército al oeste de Huamanguilla y norte de la Quínua, determinando acampar en la pampa de Ayacucho para presentar batalla al ejército español. El 8 de diciembre el virrey de La Serna emplazó su ejército en el cerro Condorcunca -en quechua "garganta de cóndor"- concluyendo su movimiento envolvente y asumiendo una posición que consideraba ventajosa, debido a que desde esa altura dominaba en toda su extensión la llanura de Ayacucho.

Ejército Libertador

Las tropas republicanas con un contingente de 5.780 hombres en armas, se establecieron a muy corta distancia del barranco del frente, sobre la quebrada izquierda, al lado norte de la meseta. Sucre formó a la División del general José María de Córdova en el lado derecho, compuesta de los siguientes batallones: Bogotá, Voltígeros, Pichincha y Caracas. En el ala izquierda, movilizó la división del general La Mar, integrada por la Legión Peruana y los batallones Nº 1, Nº 2 y Nº 3 de Perú. En el centro fueron desplegados los Granaderos y Húsares de Colombia a las órdenes de Miller. En la reserva y detrás de la división de Miller se situaron los batallones Rifles, Vargas y Vencedor de la división del general Jacinto Lara, así como los Húsares de Junín y el escuadrón de Granaderos de los Andes. La única pieza de artillería de campaña, calibre de a cuatro, fue emplazada a la izquierda de la división de Córdova, sobre un leve promontorio.

Ejército Español

El ejército realista con 9.310 efectivos, formaron con González Villalobos a la izquierda, quien tenía bajo su mando cinco batallones que integraban la segunda división: los batallones Nº 1 y Nº 2 del Gerona, un batallón del Primer Regimiento, un segundo batallón de imperial Alejandro y el batallón de Fernandinos. Sobre la derecha, la división de Valdés estuvo integrada por el primer batallón del Imperial Alejandro, el batallón Cantabria, el batallón Centro y el batallón Castro. Al centro fue dispuesto el primero batallón de Burgos y el segundo batallón del Primero Regimiento al mando de Monet. La división de Ferraz constaba de 1.500 hombres de caballería repartidos entre Granaderos de la Guardia, Húsares de Fernando VII, Dragones de la Unión, Escuadrón San Carlos y el Escuadrón de Alabarderos. El general Fernando Cacho estaba al frente de 14 piezas de artillería. El general Canterac era el Jefe del Estado Mayor y segundo del virrey La Serna.

Paso de Vencedores

Sobre el dispositivo español y las condiciones del terreno señala el general Daniel Florencio O Leary en sus Memorias: "dominando perfectamente la pequeña llanura de Ayacucho y con fuerzas casi dobles creían cierta su victoria. La posición patriota aunque dominada tenía seguros los flancos por unas barrancas y por su frente no podía obrar la caballería enemiga de un modo uniforme y completo".

El Ejército Español era muy superior en número de efectivos y en estado de armas: disponían de 3.500 soldados más que los patriotas, y tenían desplegadas 13 piezas de artillería ligera, frente a solo una de los republicanos. ¿Qué definió la victoria?. Sin lugar a dudas fue tanto el genio del general Sucre para concebir la estrategia, como la bizarría del general Córdoba conduciendo las impertérritas tropas para ejecutar la maniobra decisiva sobre el enemigo; célebre fue la orden de Córdova al ejecutar la carga: "¡División, de frente!. ¡Armas a discreción!. ¡Paso de vencedores!."

Como anécdotas de la Batalla de Ayacucho podemos mencionar las siguientes:

Espada del Perú:

En diciembre de 1825 como homenaje al primer aniversario de la victoria de Ayacucho, la Municipalidad de Lima encargó al armero mestizo Chungapoma, la forja de dos espadas de honor fundidas en oro, y ornamentadas con miles de diamantes y piedras preciosas. Una espada se entregó al general Simón Bolívar y otra al general y Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. La espada de Bolívar, se conserva en Venezuela como el trofeo más preciado del Libertador. Por su parte, al momento de su asesinato en Berruecos, la espada del general Sucre fue despojada de su vaina y empuñadura de oro y diamantes, sólo se conserva la hoja de la espada en un museo en Ecuador.

Resumen sucinto de la vida del general Sucre

El único libro que escribió el Libertador, fue dedicado al Gran Mariscal de Ayacucho, como tributo a Sucre en su libérrima victoria en la pampa de la Quínua. La obra fue publicada con el título "Resumen sucinto de la vida del general Sucre"; la cual finaliza Bolívar como un tributo a la posteridad con las siguientes palabras: "El general Sucre es el padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del Sol: es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro el imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco-Capac y contemplando las cadenas del Perú, rotas por su espada."

Tumba del Soldado Desconocido en el Monumento a la Batalla de Carabobo

De la pampa de la Quínua (Ayacucho), es de donde provienen los restos mortales del soldado que descansan en la Tumba del Soldado Desconocido en el inmortal Campo de Carabobo. El general Eleazar López Contreras fue el comisionado para representar a Venezuela en la conmemoración del centenario de la Batalla de Ayacucho en el año de 1924. Durante esa comisión tuvo la oportunidad de exhumar los restos mortales de un soldado desconocido, y trasladarlos hasta Venezuela, para ser depositados debajo del Arco de Triunfo, en el monumento de la Batalla de Carabobo.

Ayacucho es la cumbre de la gloria de las armas del Ejército Unido Libertador.

Foto: Batalla de Ayacucho, 1890. Óleo sobre tela, iniciada por Martín Tovar y Tovar, y culminada por Antonio Herrera Toro. Colección del Palacio Federal Legislativo.


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